
La selección de amputados de Sierra Leona es la primera en el Mundo que ayuda a la gente con discapacidad física.
Detrás de cada jugador hay una tragedia pero también una gran sonrisa. Aseguran que lo mejor que les pudo pasar fue encontrar un balón.
"Si no hubiera perdido la pierna, probablemente nunca habría jugado al fútbol y por tanto, no estaría aquí en España. Todo pasa por algo y que hay que afrontar las cosas de la mejor manera posible", dice Mohammed.
La guerra no sólo se llevó su pierna, también a su familia. Cuando los rebeldes invadieron la aldea en la que vivía, tuvo que escapar y refugiarse en el bosque durante seis meses. No tenían comida y un día, al salir a buscarla, su pie cayó sobre una mina y explotó. Estuvo tres días sin atención médica hasta que pudieron llevarlo a un hospital. Nunca más volvió a ver a sus padres.
El fútbol dio un giro de 360 grados a estos 22 jóvenes que ahora viajan por España como parte del festival Viva África y que se definen a sí mismos como activistas que tratan de dar el ejemplo para que las cosas cambien en su país. Togo, Angola y Namibi, entre otros países africanos, han seguido su ejemplo y ya se preparan para la World Cup, el próximo octubre en Senegal.
La FIFA tiene reglas específicas para el fútbol de amputados: se juega con muletas de metal y sin prótesis, los jugadores no pueden utilizar las muletas para empujar, controlar o parar el balón voluntariamente y si un futbolista usa su muleta contra otro debe ser expulsado.
"Si no hubiera perdido la pierna, probablemente nunca habría jugado al fútbol y por tanto, no estaría aquí en España. Todo pasa por algo y que hay que afrontar las cosas de la mejor manera posible", dice Mohammed.
La guerra no sólo se llevó su pierna, también a su familia. Cuando los rebeldes invadieron la aldea en la que vivía, tuvo que escapar y refugiarse en el bosque durante seis meses. No tenían comida y un día, al salir a buscarla, su pie cayó sobre una mina y explotó. Estuvo tres días sin atención médica hasta que pudieron llevarlo a un hospital. Nunca más volvió a ver a sus padres.
El fútbol dio un giro de 360 grados a estos 22 jóvenes que ahora viajan por España como parte del festival Viva África y que se definen a sí mismos como activistas que tratan de dar el ejemplo para que las cosas cambien en su país. Togo, Angola y Namibi, entre otros países africanos, han seguido su ejemplo y ya se preparan para la World Cup, el próximo octubre en Senegal.
La FIFA tiene reglas específicas para el fútbol de amputados: se juega con muletas de metal y sin prótesis, los jugadores no pueden utilizar las muletas para empujar, controlar o parar el balón voluntariamente y si un futbolista usa su muleta contra otro debe ser expulsado.
"Fuimos víctimas pero ya no los somos, ahora jugamos".
Sin duda una lección de superación para tod@s los jovenes.